Cabalgata
Una canción de salsa muy conocida empieza diciendo: Si huele a caña, tabaco y brea, usted está en Cali ¡Ay mire vea!
Y es que Cali, la capital vallecaucana de Colombia, es un paraíso terrenal donde el sol calienta desde tempranito, la brisa juega a esconderse por ratos y la gente vive alegre.
De hecho, su feria decembrina es una de las mejores del país.
Todo caleño sabe que el 25 de diciembre comienzan las fiestas de salsa, los concursos de baile y recuerdan con agrado, la suspendida cabalgata.
La aventura de subirse a caballo y andar por las autopistas o callecitas de la ciudad, era como dicen muchos neogranadinos “muy bacano”.
Pero resulta que los caballos no opinaban lo mismo.
Esa aventura, que ahora es parte del anhelo de otros que no vivieron la experiencia, resultaba terrible para los equinos quienes culminaban agotados.
La diversión de muchos asistentes al evento causaba caídas en las que el animal también sufría.
Lo que no se puede negar es que realmente era lindo ver aquel grupo de caballos desfilando por las calles caleñas.
Ellos eran los protagonistas de aquel espectáculo que combinaba la belleza con la alegría.
Muchas personas salían de sus casas para ver pasar la gente sobre los caballos.
La cabalgata de la Feria de Cali llegó a ser una de las cosas más esperadas por propios y turistas.
Después de jugar bastante con los regalos de navidad, adultos y niños iban a ver el cronograma de la cabalgata.
Esto ya era toda una tradición además de un motivo para salir de la casa.
Recordemos que la Feria sigue activa y comienza cada 25 de diciembre hasta el 30.
De esa manera los caleños viven unos días intensos entre una exquisita gastronomía internacional así como rutinas de baile, especialmente de salsa, porque es lo que más se disfruta en la llamada “sucursal del cielo”.
Aunque también artistas de otros países y géneros musicales visitan la ciudad durante la Feria.
Hablar de Cali es hablar de salsa, de alegría y por su puesto su cabalgata en diciembre.
Ya era algo que toda la gente esperaba y buscaba anotarse para subirse a un equino al año siguiente.
Aquellos sombreros paisas así como las famosas ruanas o sombreros volteados son los que más se veían en quienes cabalgaban.
Colombia toda voltea sus ojos en diciembre para contemplar el espectáculo ecuestre que Cali acostumbró a dar.
Sin embargo, con el paso de los años quienes tenían el privilegio de estar en la cabalgata comenzaron a consumir mucho alcohol y por obvias razones su comportamiento se alteraba.
Lo cual hacía que terminaran maltratando a los caballos, ocurrían accidentes y el que más salía perdiendo, por supuesto, era el animal.
Incluso algunas ocasiones terminaron la pérdida de algunos ejemplares producto de golpes o caídas muy fuertes.
Esto comenzó a alarmar a los grupos defensores de los animales, los cuales iniciaron una campaña a fin de lograr la prohibición del espectáculo equino.
Los años fueron pasando y los medios de comunicación seguían registrando episodios de maltrato equino.
También escenarios como pérdidas humanas producto de las caías y accidentes debido a la imprudencia de personas ebrias.
Todo esto hizo que el reclamo de los defensores de los animales cobrara fuerza y finalmente las autoridades de Cali dieron por finalizada la cabalgata en la Feria.
Al igual que en otros eventos de esa índole debido a que los caballos terminaban, agotados, heridos y en el peor de los casos muertos.
Actualmente hay otra clase de grupos que están luchando para que la aprueben nuevamente.
Como dice el refrán criollo “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.
Aún así la Feria de Cali no pierde seguidores, puesto que el caleño ama bailar salsa y al que no sabe le enseñan.
Ahora bien conozcamos cómo empezó este evento que llena de tanta alegría a la ciudad.
Aunque ya no se realiza la cabalgata, queremos compartirles cómo era el recorrido.
El disfrute a caballo comenzaba desde una parte de la ciudad, previamente anunciada.
Generalmente salía desde el norte de Cali.
Una vez que todo estaba listo los caballos completaban cinco kilómetros de recorrido.
De hecho, en cada edición se podían apreciar 3 mil caballos paseando por las calles de la ciudad. Un espectáculo verdaderamente hermoso.
Como eran tantos caballos estaban organizados en grupos. De esa forma se apreciaba mejor el desfile equino.
Siendo el primer lote protagonizado por la policía montada (carabineros).
Seguidamente salían los caballos de la Escuela de Equitación. Después salía otro bloque de policía montada y luego otro grupo de caballos.
En total hasta cinco bloques de 600 caballos cada uno, se podían apreciar separados por los carabineros.
Pese a que grupos dueños de caballos quieren que se realicen las cabalgatas nuevamente, la Alcaldía de Cali mantiene su posición.
Sin importar las convocatorias que estos grupos privados hagan a través de las redes sociales, la respuesta sigue siendo un NO.
En este sentido, hay quienes plantean hacer un desfile cultural equino, pero aún así la entidad aprueba los permisos.
Esta vez están considerando el bienestar de los caballos.
Hay quienes dicen que con una muerte, curiosamente viene la vida, porque de las cenizas se puede levantar.
Algo así pasó en Cali.
Para 1956 explotan siete camiones que contenían explosivos en el centro de la ciudad y sectores aledaños a esa área.
En el incidente mueren 110 personas, sin duda esto es algo muy trágico que marcó a los caleños.
Empero, un año después, en 1957, esta parte de los neogranadinos le dio la vuelta a su historia local y la transformó en un motivo para crecer.
En este sentido, una de las cosas que más se disfruta en la Sucursal del Cielo es la caña de azúcar.
Y sin saberlo, esta se convertiría en el motor de la economía caleña.
Es por ello que nace la Feria de la Caña.
La alegría volvió entonces y aquella tragedia es ahora parte de una historia de redención acompañada por un crecimiento económico y cultural.
En esta región colombiana empieza el mover cultural a fin de promocionar todos los beneficios y productos que se pueden obtener de la caña de azúcar.
Cali, se convierte entonces en una ciudad incipiente que empezaba a destacarse por un desarrollo cultural que la marcaría en las siguientes décadas.
Tras semejante logro la Feria recibe el nombre de Feria de la Caña, en aras de homenajear al producto que estaba haciéndolos crecer.
Más con el tiempo esta actividad empezó a ganar fuerza, admiración, seguidores, un público sediento de buena comida, caña de azúcar y por su puesto felicidad, la cual encuentran en la cultura y gastronomía.
Al punto de hacerse icono de la ciudad y conocerse como la Feria de Cali.
Así que si usted viaja a Cali podrá comer melcocha, chicha criolla, champús (bebida a base de maíz), chontaduro con miel (fruto único de Cali) y unos buenos tamales vallunos, además de gozarse con todo lo que ofrece esta hermosa ciudad… Después de todo Cali es Cali y lo demás es loma…
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