Cañonero II
Este caballo nacido en Kentucky, Norteamérica, hijo del notorio semental francés Pretendre.
Aunque su padre no tenía una carrera ostentosa por la línea de su madre es familia del gran Man O’War.
Linaje que hace que el comprador del caballo se entusiasme y sienta ganas de adquirirlo.
Como se sabe este caballo nace con una malformación en una de sus extremidades delanteras. Esto hacía que pocos quisieran tenerlo.
Así que en la subasta lo rematan por 1.200 dólares. Luis Navas se convierte en su dueño.
Tiempo después este lo vende en 4.500 dólares al venezolano Pedro Baptista.
Este hace los trámites para llevarlo a Venezuela y una vez allí es picado por una lombriz.
Ante ello el caballo sufre una lesión en una pata y es cuidado por el entrenador Juan Arias.
Da la casualidad que bajo la conducción de Arias se dan cuenta que el animal tenía reservaciones para la Triple Corona.
Y también en Del Mar Futurity.
Debuta en el Hipódromo La Rinconada el 8 de agosto de 1970 con J. E. Contreras ganando cómodamente por seis cuerpos y medio sobre Comenvé.
Incursiona por primera vez en USA el 5 de septiembre, al intervenir en un Allowance.
Justa en la que llega tercero a cuerpo y medio de King Cross y a la semana corre el Del Mar Futurity, prueba en la que arribaría quinto a menos de ocho cuerpos de June Darling, luego de sortear una serie de tropiezos.
En esas dos ocasiones fue piloteado por “El Remarkable” Ignacio José Ferrer.
Tras esto regresan a Venezuela y el caballo sigue en diversas competencias donde gana cómodo.
Su mayor reto era llegar al Clásico Gobernador del Distrito Federal, lo logra, pero lamentablemente no gana la carrera.
Luego de esto sigue compitiendo y alcanza 3 terceros lugares.
Por lo que tanto su dueño, Pedro Baptista como su entrenador Juan Arias, deciden ir nuevamente a Estados Unidos.
Esta vez para inscribirse por la Triple Crown.
La madre de Baptista había muerto y según él una noche soñó que ella le decía que el ejemplar ganaría el Derby de Kentucky.
Por esa razón, supuestamente, es que viajan a Norteamérica.
Tras conocerse ese relato por la prensa empiezan a llamarlos locos y las burlas llegaron.
Sin importar ello ambos criollos siguieron adelante.
Entre tanto, Cañonero II, que tenía buena reputación por haber ganado una carrera en 2000 metros, comenzó su extravagante expedición hacia Louisville.
El ejemplar de Baptista fue llevado en un avión de carga con destino Caracas-Miami.
Pero cuando uno de los motores se incendio, fue obligado a regresar.
El segundo regreso por fallas mecánicas.
El caballo se lastimó al pasar de un vuelo a otro, donde iría acompañado de cientos de escandalosas gallinas y patos.
Luego de llegar a Miami, se descubre que no tenía papeles y entonces fue forzado a volar a Panamá hasta que los papeles fuesen enviados.
Durante su estadía allí, comenzó a deshidratarse. Regresa a Miami, pero no se habían enviado muestras de sangre, así que le tocaron 4 días en cuarentena. Al momento de su salida de cuarentena, había perdido 75 libras (poco menos de 34 kilos).
Este caballo vivía una penuria, demasiado tormentoso su viaje para llegar al Derby.
Su dueño no tenía suficiente dinero para cubrir el vuelo de Miami a Louisville.
Por lo que el equino es llevado en una Van de 1100 millas (mas de 1700 kilómetros) hasta Churchill Downs, la cual se accidenta en la vía.
Una semana antes del gran y famoso Kentucky Derby de 1971 llega Cañonero II al hipódromo de Churchill Downs.
Después de toda esa larga y fastidiosa travesía el caballo tenía un look poco agradable.
Parecía abandonado, se le notaban mucho las costillas y su cabello parecía a Moe el de los Tres Chiflados.
Una vez a las afueras del Hipódromo de Churchill Downs estaba el hijo de Pedro Baptista…
El joven esperaba que lo dejaran pasar puesto que no hablaba inglés y los guardias en la puerta no le cedían el paso.
Finalmente se hace entender y cuando los guardias que custodiaban el lugar vieron que el joven estaba inscribiendo al caballo para el Derby fue el hazme reír de todos.
Pese a ello el joven siguió adelante y la inscripción de aquel caballo descuidado, con muy pocas probabilidades de ganar, por su pinta, estaba lista.
Los comentarios incómodos, las burlas, señalamientos siguieron porque para la gente ese caballo no tenía oportunidad.
Pero, el entrenador Juan Arias decide entrenarlo y rápidamente el caballo empieza a ganar peso, se va recuperando de los vaivenes del accidentado viaje.
A medida que se acercaba la carrera Cañonero II se iba fortaleciendo.
Su sueño, entrenador y jinete, Gustavo Ávila, tenían la plena confianza de que el ejemplar ganaría.
Nunca lo dudaron y de hecho siempre decían a las personas que estaban frente al ganador del Derby, lo cual era motivo de burla.
El día llegó y con él las posibilidades de ganar, que según su dueño, eran altas, pero para los demás nulas.
De forma impresionante Cañonero II toma fuerza desde atrás y comienza a sorprender al mundo. La calamidad venezolana, como lo llegaron a llamar, salió con fuerza para avergonzar a quienes lo habían humillado en las caballerizas.
A continuación les compartimos la narración de esos últimos instantes de la carrera, recogidos por el portal Anécdotas Hípicas Venezolanas:
“A nadie se le ocurrió que este caballo corría a 1000 metros de altura sobre el nivel del mar, por lo que en el aire lleno de oxigeno de Kentucky, el alazán Cañonero II tendría una resistencia infinita. No se veía por ninguna parte entrando en la recta final, y de repente la calamidad venezolana viniendo en 20 cuerpos atrás, en un grupo de 20 competidores, retumbo entre los caballos asumiendo el liderato en los metros finales enterrando a sus rivales tras él“.
El caballo cruza la meta en el primer lugar con Gustavo Ávila en su lomo.
Nadie sabía quién era Cañonero II y mucho menos quién era Cañonero I… Lo cierto es que este animal que venía de Venezuela había ganado.
Había destrozado las apuestas, superado las expectativas y sin duda colocado al país caribeño en lo más alto.
“Cuando por fin pudieron identificarlo, aun no sabían quien era”, refiere el portal http://www.anecdotashipicas.net.
Cañonero II terminó ganando por 3 cuerpos y medio, y la inmensa multitud estaba enmudecida.
“Cuando Cañonero II regresaba, su jinete, Gustavo Ávila, comenzó a agitar locamente los brazos, y el público reaccionó del shock con un estruendoso aplauso”, relata el equipo de Anécdotas Hípicas.
Tras esta gloriosa victoria el dueño del caballo, Pedro Baptista, que se encontraba en Venezuela, recibe la afortunada noticia vía telefónica.
Este piensa que es una broma y cuelga la llamada pero después corrobora que en efecto su caballo, ese que compró por 4.500 dólares era el más honrado en Churchill Downs.
La emoción no le cabía en el pecho. Habían ganado.
La historia de Cañonero II inspiró a todos, pasó de ser el caballo humillado, del que se mofaban al gran corredor de la jornada.
En su honor se levanta una estatua.
Las siguientes cinco semanas el caballo entrenado por Juan Arias era el principal motivo de conversación en el mundo ecuestre.
Además que fomenta la unión de los hispano-parlantes.
Todos vieron el nacimiento del Caracas Cannonball.
Tras esta increíble y espectacular victoria…Cañonero II llega a la segunda gema de la Triple Corona.
En esta justa demuestra su clase, confirma su linaje y deja claro que llegó para hacer un gran papel.
Los primeros 1200 metros los pasaron en 70″4 y siguió como si nada, sin dejarlo escapar. Ya en la recta final, el hijo de Pretendre dominaba a su enemigo y cruza la meta con una ventaja de cuerpo y medio.
El público estaba admirado de ver el crecimiento de este caballo.
Todos recuerdan el salto de su cuidador Juan Quintero y el entrenador Juan Arias tras concluir la carrera. La emoción era demasiado.
Este es el primer caballo de un venezolano, entrenado por otro venezolano y montado por un jockey venezolano en ganar dos carreras de la Triple Corona.
Las lágrimas salían de los ojos de Arias, un gran momento para la hípica venezolana. Increíble, espectacular, inolvidable.
Incluso el presidente norteamericano de ese entonces Richard Nixon le manifiesta al jockey criollo su emoción y alegría por el triunfo en ambas carreras.
Aún hasta hoy 9 de mayo de 2019 se habla del récord de Cañonero II.
Se registró en las máquinas una asistencia récord de 82.694 personas y las ventas de refrigerios, cerveza y licor sigue siendo récord.
Durante los 2.000 metros el caballo criado en Venezuela estaba en la punta con Pass Catcher, pero en los metros finales no pudo ya que tenía una lesión en una de sus patas.
Esto hizo que Cañonero II llegara cuarto, pero aún así, el doble coronado es hasta hoy un gran motivo de orgullo para Venezuela.
Muchos lo vieron llegar como un animal con pocas probabilidades y lo vieron retirarse con honores, sin duda algo admirable.
Este ejemplar fue Campeón Tresañero del año 1971.
Posteriormente es vendido por US$1.5 millones al King Ranch Stud, en transacción hecha en Canadá.
El resto de su campaña fue bajo el entrenamiento de Buddy Hirsch y se resume con un triunfo en el Stymie H. de 1972 (en tiempo récord) donde derrotó a Riva Ridge y un 2° en el Carter H. detrás de Leematt.
La campaña pistera de Cañonero II en Venezuela y Norteamérica fue de 23 actuaciones de las cuales en 9 ocasiones cruzó la meta en ganancia, además de 3 segundos y 4 terceros, acumulando US$334.411 en premios.
¡Por más Cañonero II en la hípica actual de Venezuela, enhorabuena!
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