Rayo Láser
Antonio Quiles, Roberto Padilla y “Cacho” Rafael Mancera Arroyal para el Stud Tamborazo, junto a Gustavo Mirabal Bustillos eran dueños de Rayo Láser.
Un caballo cuya fuerza y tenacidad le hicieron merecedor del carió y la admiración de los venezolanos.
Se trata de un ejemplar zaino nacido el 24 de febrero de 1984 en el Haras La Giralda del recordado “Cocina” Edmundo Ruiz.
Y a pesar de que era malgeniado y en las mañanas, durante el entrenamiento, tenía un aspecto como desgastado e inapetente, resultó ser un campeón.
Tras comenzar su fase competitiva este equino empieza a dar muestras de valentía, fuerza y mucha velocidad.
Sus inicios son en Caracas, la capital venezolana. Aquel debut resulta muy agradable porque arranca con victoria sobre Vino Veritas con la monta del “Supercampeón” Juan Vicente Tovar.
Producto de ello sus dueños deciden inscribir al caballo en la Copa Agustín Hernández.
Una de las cosas que caracterizó la carrera de este animal es que a pesar de las derrotas, por muy poca ventaja, siempre pudo sobreponerse hasta que al fin llegó su momento de gloria y recompensa.
Posteriormente en el Clásico Albert H. Cipriani también resulta ganador bajo la conducción de “El Diablo” Angel Francisco Parra.
El tiempo que Rayo Láser deja en este compromiso es de 87”3 para 1400 metros, crono que muchos consideran modesto.
Dicha justa fue un poco turbulenta ya que el ejemplar Sultánico tumba a su jinete en la última curva luego de ir dominando la prueba.
Tiempo después lo inscriben para su siguiente desafío el Clásico Antonio José de Sucre.
Justa a la que llega como gran favorito; pero lamentablemente es derrotado por una mínima ventaja ante el equino Real Madrid.
Ambos caballos venían de protagonizar un interesante duelo en los últimos 300 metros en donde estuvieron en un mano a mano con la suerte favorable al de Carlos Morales.
La racha de derrota se repitió en el Clásico Comparación, ante Batiente, cerrando así su campaña como potro dosañero.
El panorama para el ahora tresañero se veía prometedor para este noble de La Giralda.
A los tres años Rayo Láser arranca su temporada con una gran victoria en el Clásico Inauguración Francisco de Miranda.
Justa en la que derrota a Clochard por dos cuerpos, quien lo escolta en la segunda plaza y el un agotado Sultánico que tras no tener una buena salida no puede hacer nada para ponerse al frente del lote y tiene que conformarse con la tercera plaza.
El reloj se detuvo en 88”1 para el pupilo de Bezara quien contó con la conducción de “El Jet” Douglas Valiente.
De esta manera el Stud Tamborazo,donde figuraba Gustavo Mirabal Bustillos, se erigía como el mejor y un firme candidato para los eventos de la Triple Corona.
Sin embargo, aunque las expectativas eran muchas algo inesperado hace que esta historia tome un curso distinto y los planes cambien por completo.
Rayo Láser no pudo disputar ningún compromiso de la Triple Corona debido a una lesión.
Tema sobre el cual después se especulaba porque no aparecía y tampoco se sabía mucho de él.
Tiempo después se sabe de él y anuncian su regreso a las pistas puesto que lo inscriben en los 2000 metros de la Primera Versión del Gran Premio Nacional.
Carrera prevista para el Domingo 06 de Septiembre de 1987.
El día del evento una fuerte lluvia azota el área y la pista estaba embarrada hasta más no poder.
Y quienes pensaron que esto detendría al caballo de Gustavo Mirabal Bustillos se equivocaron.
Rayo Láser, con el jockey Rafael Bravo Gómez sobre sus lomos hace la mejor carrera de su vida en el Hipódromo La Rinconada.
El animal puntea durante toda la carrera más luego cae ante Síndaco por lo que todo ese mega esfuerzo se vio frustrado en los metros finales.
A pesar de perder en ese compromiso el caballo se recupera y arrasa en el Clásico Asociación Hípica de Propietarios.
De principio a fin Rayo Láser muestra su enorme potencial y deja atrás a Gallardete y Volantín.
Rafael Bravo Gómez es el jockey que lo conducía en ese evento y juntos detuvieron el cronómetro en 129”1 para 2000 metros.
Esto dejó claro que el caballo estaba listo para seguir adelante con su carrera deportiva además que tenía la garra y el empuje para sobreponerse a las adversidades.
El pupilo de Bezara estaba pasando por un buen momento y todos lo sabían.
Posteriormente compite en la 42ª Edición del Gran Premio Simón Bolívar, en donde la milla y media fue demasiada para él.
En dicha justa arriba en la sexta plaza… Más esto no impide que sea enviado como representante de Venezuela a la Isla del Cordero, Puerto Rico.
Rayo Láser es enviado junto con Gallardete para representar a todos los venezolanos en un evento que marca la pauta en la región.
Para el 20º Clásico Internacional del Caribe Rayo Láser es ofrecido al látigo boricua Ángel Tomás Cordero Junior, pero la transacción no se concreta debido a que aparece un caballo con precio más económico.
Por lo que Rafael Simón Torrealba obtuvo la monta. ¡Y vaya sorpresa que se llevaron todos!
Pero antes de contarles la mejor parte de la historia no podemos dejar por fuera el episodio en que casi retiran a Rayo Láser de dicha competición.
Resulta que el traslado para los caballos de un país a otro puede resultar agotador, incómodo y fastidioso, más cuando el caballo es algo rebelde, se sentirá incómodo más rápido.
En el caso de Rayo Láser era algo rebelde y le resultaba incómodo para él el viaje en avión por lo que el piloto estaba cansado de su comportamiento.
Así que finalmente soporta el ruido que hacía y logran aterrizar con bien, pero el caballo estaba agotado, no tenía buen aspecto y necesitaba reponerse para la carrera.
Comienzan entonces el proceso para hidratarlo con suero a fin de llevarlo a un nivel óptimo que le permitiera competir sin problemas.
Faltaba una semana y el caballo tenía un mejor aspecto, ya había aprendido a beber el suero desde un envase.
Lo cual resultó más fácil porque de lo contrario tocaba suministrárselo a través de una sonda.
Hubo un punto importante en esta historia es que Rayo Láser tenía un aspecto tal que hubo quienes se burlaron de él.
Realmente lo tomaban por poco, a pesar de saber que es era un gran velocista. Aquí es cuando puede decirse que las apariencias engañan.
Llegó el día de la competencia y Rayo Láser no era precisamente uno de los caballos favoritos para ganar la justa.
Aún así sobre pasó las expectativas de todas las personas que se habían dado cita para disfrutar del clásico.
El jinete Rafael Simón Torrealba hizo una conducción perfecta con el bólido de Gustavo Mirabal Bustillos, Antonio Quiles, Roberto Padilla y “Cacho” Rafael Mancera Arroyal.
Ese día fue tan glorioso para la hípica venezolana porque no sólo Rayo Láser gana sino que el segundo puesto de la competencia es para Gallardete.
Siendo la primera vez que Venezuela ocupa el primer y segundo puesto en el Clásico Internacional del Caribe.
La bandera criolla fue enaltecida en lo más alto de aquel territorio boricua.
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