Los caballos bailadores son aquellos que ofrecen un espectáculo de coordinación, elegancia y confianza.
En ferias o competencias éstos resaltan por su talento e interacción con el jinete.
En esta entrega te contaremos sobre los caballos que bailan.
Caballos bailadores
Al menos una vez en la vida las personas deberían ver un espectáculo como ese.
El respeto, la confianza entre el domador y el jinete resultan increíbles.
Para enseñar a bailar a un caballo lo primero que hay que hacer es averiguar qué es el piaffe.
Pues bien, este es un movimiento similar al trote de un caballo que lleva a cabo sobre un punto.
A base de años de entrenamiento, el caballo llega a bajar sus caderas, cambiar el peso sobre sus cuartos traseros y elevar su parte derecha siguiendo la música, de una manera natural. Así, pueden participar en las mejores competencias de piaffe del mundo.
Enseñando a bailar
Tu caballo también puede aprender a bailar. Presta atención a estos trucos.
Lo primero que haremos será llevarlo a pasear. Un paseo corto. No se trata de cansarlo, sino de relajarlo un poco. Es sabido que trabajar con un animal calmado es mucho más sencillo que con uno nervioso. El primero nos prestará atención; el otro preferirá no hacerlo.
Después llévalo al trote y tira de él para que se levante. Mueve sus hombros y caderas y pídele que ponga su cabeza hacia arriba y hacia abajo. Hazlo varias veces, dejándole descansar unos segundos entre ejercicio y ejercicio.
Coloca un cabestro sobre el caballo y sujétalo con una cuerda.
Como estás empezando, servirá un cabestro simple y un plomo; más adelante podrás utilizar una brida y una silla para conectar un lado de la rienda en el lado derecho del caballo.
Para que sea más sencillo, podrás utilizar ambas riendas laterales que conectan desde el anillo del filete a la circunferencia del mismo lado unos 23cms, por debajo de la espalda del animal.
Ata su cola hacia arriba con una banda elástica para que no te moleste.
Después, para al caballo de manera que el muro o valla quede a su derecha. Páralo sobre su lado izquierdo.
Con la fusta de la doma, tienes que alcanzar sus patas traseras. Tocarás la pata trasera izquierda hasta que se levante y luego le ofreces un premio. Repite esto con la pata trasera derecha.
Cerca de la meta
A continuación, le pondrás la brida o silla de montar, y las riendas laterales.
Pídele que levante izquierda, derecha, izquierda, y los recompensas. La respuesta debe ser rápida, pero lo mismo, si vemos que le cuesta, retrocederemos e iremos más despacio.
No se trata de conseguir que el caballo sea perfecto: la perfección no existe. Se trata de enseñarle algo tratando de que se divierta, y no lo hará si le pedimos más de lo que en ese momento es capaz de hacer.
Lo último que harás será tocar sus patas delanteras. Si está nervioso, deja que baje su cabeza o se la bajas tú; así se calmará.
Por el contrario, si lo ves animado se la levantas para que se sienta orgulloso. Si se porta bien y, sobretodo, si hace un paso que parece un baile, le das un merecido premio y lo dejas descansar.
Los caballos bailadores son hermosos, nos llenan de orgullo y emoción.
Sin embargo, debes recordar que las sesiones de entrenamiento no deben pasar de 10 minutos para evitar que el caballo se sienta frustrado.
La paciencia es la clave de todo esto. Si te desesperas no lograrás nada.
En España
Los caballos bailadores los podemos ver en España, sí, en sobre todo en la región de Andalucía.
En esta zona se les puede apreciar fiestas y ferias como la Fiesta del Caballo que se celebra en Jérez, o en Ses Salines (Mallorca) por las fiestas de Sant Bartomeu (finales de agosto).
Al son de la música española y con vestuario propio del siglo XVIII, generalmente, los caballos bailadores y sus jinetes protagonizan un “ballet ecuestre” en el cual se valen de la técnica de doma clásica o vaquera, enganches, incluso, trabajos en la mano y carrusel.
Fuentes consultadas:
http://caballosbeltran.blogspot.com/2012/10/caballos-bailadores-raza-espanola-uno.html