Gustavo Ávila es un jinete venezolano que hizo historia en el año 1966. Pero ya Gustavo Ávila era un jinete consagrado para esa época. Para los no aficionados a las carreras de caballos quizás no sepan quien es el jinete venezolano Gustavo Ávila. Hoy procuraremos que conozcas un poco más de este jinete que inscribió el nombre de Venezuela en los anales de la hípica mundial por primera vez.
El Jinete venezolano Gustavo Ávila tiene un gran admirador, Gustavo Mirabal Castro, aunque para esa época ni siquiera había cumplido un año de edad. Así de poderoso fue el logro de este jinete venezolano apodado “El Monstruo”.
Actualmente sigue activo en su faceta de celebridad y en sus redes sociales, donde lo podemos encontrar en twitter en su cuenta @gustavoavilacom.
Este jinete venezolano desarrollo su carrera entre los años 1954 y el año 1985, cuando se retiró. Gustavo Ávila tuvo una prolífica carrera que cuenta con importantes podios en Venezuela, Estados Unidos y el Caribe.
Este jinete despertó aún más la pasión venezolana por las carreras de caballo en el año 1966 cuando conquistó una de las carreras más importantes del mundo, el Derby de Kentucky. Fue así como los ojos del mundo se posaron el Ávila que más adelante seguiría dando muestras de su talento.
Gustavo Ávila se aseguró con el Derby de Kentucky un lugar en la historia de la hípica mundial. Pero más importante aún, se ganó un lugar en el corazón de los aficionados a las carreras de caballos de Venezuela.
Hoy conoceremos un poco más sobre su vida personal, su trayectoria y curiosidades sobre su experiencia en la pista. Sin nada que añadir comencemos.
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La vida del jinete Gustavo Ávila antes de los caballos.
Gustavo Ávila nación en caracas el 14 de junio de 1938, específicamente en la zona de El Conde, ubicada en el centro de Caracas. Su padre y madre lo recibieron al mundo en una pequeña clínica popular de nombre “Instituto Simón Rodríguez”. Años después la clínica fue demolida para construir una de las construcciones más icónicas del paisaje caraqueño, el complejo urbanistico Parque Central.
Fue así como este jinete venezolano conoció la transformación de la Caracas semi-rural en la Caracas moderna que todos conocemos. La construcción del complejo urbanístico Parque Central inició en el año 1970. Este complejo arrasó con lo que quedaba de los vestigios de aquel lugar histórico donde nació el jinete y con la Caracas de antaño.
El Complejo Urbanístico Parque Central fue uno de esos íconos que definió la Venezuela de los años dorados, así como lo fue Gustavo Ávila.
Su educación básica transcurrió entre la escuela primaria Pedro Mendoza y la escuela Franklin Roosvelt. Así mismo cursó dos años de su educación secundaria en el llamado liceo aplicación (cuando la educación primaria llegaba al 6to grado). La admiración de sus compañeros de colegio por los jinetes de moda le hizo trazarse la meta de convertirse en un jinete famoso.
La búsqueda de la fama lo llevó a descubrir su verdadera pasión y a convertirse en uno de los jinetes venezolanos más famosos. Descubramos como fueron los primeros años de Ávila como jinete.
La vida de Gustavo Ávila después de descubrir a los caballos.
Gustavo Ávila notó la admiración por los jinetes venezolanos de sus compañeros de estudios. Esto le animó a querer convertirse en jinete. Para ello comenzó a buscar la manera de aprender a montar a caballo.
En aquellos años el Hipódromo Nacional del Paraíso, inaugurado en el año 1.908, poseía una gran tradición hípica además de una escuela para jinetes. Gustavo Ávila quería aprender de los mejores y se inscribió en la escuela del Hipódromo Nacional del Paraíso. En aquella época el famoso Ricardo Ramírez era Director del Hipódromo Nacional del Paraíso quien estimuló a joven jinete a aprender.
Gustavo Ávila aprendió el arte de montar a caballo a lomos de un bellísimo pony argentino de color gris. Sin embargo, todavía faltaba mucho para que se convirtiera en un jinete experimentado. Después de aprender a caballo se mantuvo montando en los ponys y evitó los caballos purasangres. El jinete venezolano confesó en una entrevista que los purasangres en sus inicios lo ponían nervioso. Y es que los caballos purasangres tienen mucha energía y fuerza. Fue así como pasó algún tiempo en que el dejara los nervios y le dieran un caballo purasangre para poder demostrar su potencial.
La primera carrera de Gustavo Ávila.
Su debut como jinete profesional lo realizó en agosto del 53, en el Hipódromo Nacional del Paraíso, el mismo donde aprendió a montar. En su primera carrera llegó en quinta posición a lomos de la yegua “La Venus”. De su primera carrera, Gustavo Ávila guarda vivos recuerdos y al respecto contó lo siguiente:
“Era una carrera para novatos. Nunca olvidaré ese día, en primer lugar no encontraba los estribos y después el fuete se me cayó en la salida. Estaba muy nervioso y temblaba. Terminé en el quinto puesto y sentía que había sido interminable. El recorrido me pareció muy largo. Resulto un suplicio para mí y para Justo Torres, quien se estrenaba en esa carrera también”.
Para el jinete venezolano Gustavo Ávila son recuerdos inolvidables y parte de la historia de la hípica venezolana. En aquella carrera salió ganadora la yegua Sonia junto a su jinete G. Blanco. Pero pronto Ávila demostraría de lo que estaba hecho.
La primera victoria del jinete venezolano Gustavo Ávila.
Poco menos de un año después de su debut, Gustavo Ávila alcanzó su primera victoria en el mismo Hipódromo Nacional del Paraíso. Ávila junto al ejemplar Solis dieron una lección de cómo se debe ganar una carrera. Otro de esos momentos inolvidables que pasarán a la historia. Ávila tuvo una excelente salida, colocándose en el tercer lugar para luego ir remontando. Rememorando aquellos momentos el jinete venezolano Gustavo Ávila contó:
“Ya me había adaptado a las carreras. A diferencia de mi primera carrera, esta vez me sentía tranquilo en el cajón de salida. Cuando abrieron la puerta, salí disparado, me puse en el tercer lugar y luego me puse en el segundo lugar. Cuando llegamos a la recta final, tomé el primer lugar para seguir hasta el final. Era mi momento. Como dijo mi mamá “si triunfaba, las cosas cambiarían” y así fue”.
El jinete venezolano Gustavo Ávila ha dejado su huella en su paso por la hípica mundial. Este artículo es un bien merecido tributo a su trayectoria y su labor.